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jueves, 5 de enero de 2012

El vino es un alimento

El vino es un alimento.
Según el Código Alimentario Español “Tendrán la consideración de alimentos todas las sustancias o productos de cualquier naturaleza, sólidos o líquidos, naturales o transformados, que por sus características, aplicaciones, componentes, preparación y estado de conservación, sean susceptibles de ser habitual o idóneamente utilizados a alguno de los fines siguientes:
a) Para la normal nutrición humana o como fruitivos.
b) Como productos dietéticos, en casos especiales de alimentación humana.”
Así que por definición el vino es un alimento, ya que es de origen natural, líquido, transformado y sirve para la normal nutrición humana. 


 


Lo de fruitivo no lo llego a entender porque según el DRAE, su definición es “propio para causar placer con su posesión”. Yo creo que el verdadero placer del vino es verlo, olerlo y saborearlo, aunque algunos prefieran solamente poseerlo.
Vuelvo al tema porque me disperso con gran facilidad. Aclarar que el vino es un alimento no está de más porque el vino, además de tener alcohol, contiene otras sustancias muy saludables para nuestro organismo. Sin contar que es un elemento inherente a nuestra cultura y gastronomía desde hace siglos.
Los polifenoles son un grupo de sustancias químicas que se encuentran en las cáscaras de las frutas y en el caso de la uva, se encuentran en su piel y están más presentes en las uvas tintas que en las blancas. Estas sustancias no desaparecen durante el proceso de elaboración del vino y por eso están presentes en éste. Se sabe que sus propiedades beneficiosas radican en su acción antioxidante.
Los polifenoles también se encuentran en otros alimentos de origen vegetal como frutas, cereales, hortalizas, cerveza, té, café y aceite de oliva.
Se aconseja beber una copa de vino en cada comida porque sus beneficios son, al menos, los que aquí enumeramos:

-    Protege contra enfermedades coronarias, ateroesclerosis y enfermedades cerebrovasculares, por su acción anticoagulante.
-    Ayuda a regular los niveles de colesterol, ya que su efecto antioxidante anula el efecto del colesterol malo (LDL).
-    Tiene acción antibacteriana y antihistamínica.
-    Controla las infecciones urinarias y evita los cálculos renales.
-    Facilita la digestión de las proteínas.

La “paradoja francesa” reconoce el bajo índice de episodios cardiovasculares entre los franceses, a pesar de las grasas que consumen. Este hecho se achaca a su costumbre de ingerir vino tinto en cantidades moderadas y regulares.

El vino es muy saludable siempre que se consuma con moderación y responsabilidad.



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