Una cata diferente: cata de sakes

Hoy voy a hacer una excepción y voy a hablar de una bebida que no es el vino. Lo hago porque la ocasión lo merce.
Ayer asistí a una cata de sakes guiada por el sumiller de un prestigioso restaurante japonés de Madrid, el restaurante Miyama.
Aprendimos muchas cosas. La principal fue que el sake no es un destilado sino, al igual que el vino, una bebida elaborada a partir de la fermentación, en este caso del arroz.
Otra curiosidad es que la calidad del sake depende de la molienda del arroz. Se pule la superficie del arroz a fin de quitar grasas, hidratos y todo tipo de impurezas que puedan afectar al resultado final. Solamente se quedan con el centro del grano en este proceso, que será el que le dé su calidad al sake.

¿Cambian los vinos o cambiamos nosotros?

Hace unos días, hablaba con unos amigos sobre vinos y caí en la cuenta de algo de lo que no me había percatado hasta entonces. Yo comentaba que había marcas de vino que habían cambiado a peor en los últimos años. Ponía como ejemplos Pesquera y Finca La Estacada, dos vinos que la primera vez que probé me gustaron mucho y que años después me parecieron corrientes, más bien poquita cosa. 

VINOS CON NOMBRES CURIOSOS:

A la hora de comprar un libro, muchas veces nos dejamos llevar por el título o la portada. Puede haber algo que nos llame la atención y no podamos resistirnos a comprarlo. Sobre todo nos ocurre a los que tenemos la manía de no leer el argumento en la contraportada. Solamente nos podemos guiar por lo que ven nuestros ojos o alguien nos ha recomendado. Así pues me llamaron la atención en su día títulos como “Los hombres que no amaban a las mujeres” (que tardé en enterarme que era una novela negra y no un libro de auto ayuda), “Pequeñas infamias” o “La conjura de los necios”. Todos ellos tienen títulos tan potentes, que no te puedes resistir. Lo mismo pasa con los vinos.